¿No te cansas de leer la Biblia y saber siempre lo que quiere decir? ¿No te aburre ver cómo tus presupuestos teológicos y ministeriales conducen tu interpretación y la lleva a las orillas que tú quieres llegar? ¿No te desagrada ser el que ordena y dictamina en tu exégesis? ¿Cuándo fue la última vez que el Texto Bíblico te sorprendió? ¿Cuándo fue la última vez que estudiaste realmente lo que estaba detrás? ¿Cuándo fue la última vez que el Texto te hizo llorar y arrepentirte? ¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo nuevo?
Si la respuesta no es ¡cada día! es porque sigues teniendo una «lectura teológica» de la Biblia. Por lo tanto, debes abrirte paso a las Ciencias Bíblicas.